lunes, 14 de noviembre de 2011

Si pretendemos que nuestros estudiantes sean creadores, vayamos a buscar una de las propuestas que hace Rodari para inventar cuentos e inventemos uno. (Es decir tiene que ir a buscar el libro La gramática de la fantasía). Elegimos el cuento de Rapunzel, donde se invirtió el rol de cada uno de los personajes de Acuerdo con una de las propuestas que hace el autor


LAS AVENTURAS DE RAPUNZEL
En un país lejano vivía una familia muy rica y feliz porque tenían una hija, los padres de la pequeña estaban muy tranquilos porque la vida les había regalado todo lo que habían esperado tener en la vida, aunque la mujer no estaba muy contenta por las travesuras de su hija. Ellos no oraban porque todos sus deseos estaban cumplidos. La pareja vivía en una hermosa casa rodeada de árboles frutales y un jardín muy atractivo, el cual estaba protegido por cerca muy alta. La única casa que estaba al lado de esta familia  pudiente pertenecía a una pobre anciana muy desprotegida. Un día, la pobre viejita se asomó por la pequeña ventana de su humilde casa y vio deliciosos melocotones  en uno de los árboles del jardín de los vecinos que por cierto no eran tan amables con ella. La anciana esperó a que cayera la noche, y trató de subirse por la cerca con tan mala suerte que sus fuerzas no resistieron, ella antojada de los carnosos melocotones esperó la siguiente noche para intentar de nuevo cruzar trepar la cerca, con tan buena suerte que lo logró.
Al estar la anciana dentro del jardín, muy sigilosa se trepó a uno de los árboles de melocotones echándolos en una canasta, la mujer estaba tranquila, bajó del árbol, luego recorre y contempla las flores del jardín cuando de repente fue sorprendido por la dueña de la casa, quien a gritos le dijo: ¡Eres tan descarada! La noche anterior vi como trataba de cruzar la cerca pero no pudiste, hoy lo lograste. ¡No te consuelas con robar mis melocotones, sino que también te llevas mis flores! –No pensé molestarla llevando estas flores hermosas y estos melocotones, las utilizaré para adornar mi humilde casa y para saciar mis antojos, melocotones que vi por mi ventana. La explicación de la anciana tranquilizó un poco a la mujer, pero esta le dijo, -está bien, puede hoy tomar los melocotones que desee, pero con la condición que nunca más vuelva a pisar mi jardín.
La anciana de inmediato le respondió –no volveré a pisar su jardín, si me promete que a cambio me regale la niña, ya que eres tan desdichada y no brindas amor ni atención, será mi compañía a partir de este momento, -pues Dios no me regaló  hijos, aprovechando que vivo cerca ustedes la pueden ver todas las veces que quieran. La mujer pensó un momento, pero ante tanta insistencia de la anciana, accedió a sus pretensiones. Al cabo de unos días, la mujer le entregó su hija Rapunzel a la anciana a escondidas de su esposo, quien inventó que su pequeña se había perdido y no sabía dónde estaba. Todo el tiempo fingió su pérdida y se lamentaba por la ausencia de la niña. La mujer le pidió al esposo trasladarse de vivienda para olvidarse, según ella de la pérdida de su hija. La anciana muy contenta por la compañía de Rapunzel  sus travesuras la mantenían ocupada y había olvidado de su soledad. Pasó el tiempo, y la niña se convirtió en una joven muy hermosa y atractiva, despertaba las miradas de todos los jóvenes, en especial de un hombre mayor que ella. Rapunzel se enamoró de este hombre quizá por la atención que este le brindaba constantemente. La anciana al darse cuenta, se opuso a esta relación.
De inmediato, Rapunzel junto con el hombre llevaron a la anciana a un bosque y la encerraron en una torre sin escalera, de vez en cuando, Rapunzel la visitaba en agradecimiento por ser buena mamá. A la anciana le había crecido tanto el cabello, cuando la joven la visitaba, se acercaba junto a la torre y le gritaba ¡mamá! Vieja querida alcánzame tu cabellera! La anciana al oír la voz de su amada hija, lanzaba la cabellera por la ventana y de esta manera subía hasta la torre. La anciana para no sentir el horrible encierro, le gustaba cantar para así olvidar sus penas. De repente cruzó un hombre de avanzada edad, quien escuchó esa voz tan melodiosa, él de inmediato se acercó a la torre con tan mala suerte que no encontró por donde subir.
Al escuchar un ruido, él se escondió detrás de unos árboles, muy sorprendido quedó cuando vio llegar a una joven hermosa quien le pidió a la anciana lanzar su cabellera, ella se acercó a la torre y le dijo: ¡mamá, lánzame la cabellera! La anciana accedió a la solicitud de su hija y Rapunzel pudo entrar por la ventana. El anciano esperó a que llegara la noche, y siguió las mismas instrucciones que había escuchado de la hermosa Rapunzel. La anciana obedeció y así pudo subir el hombre, quedando sorprendido porque esperaba encontrar a una mujer más joven, sin embargo quedó admirado por la valentía de aquella dulce mujer. El hombre le dijo a la mujer –vivo solo hace bastante tiempo, quiero que a partir de hoy seas mi esposa.
La anciana sorprendida y desconfiando de la bondad de aquel extraño aceptó la propuesta. Entonces, planearon como salir de escapar de allí, llegaron al acuerdo de que todos los días el anciano iría a visitarla quien le llevaría una madeja de lana para que tejiera una trenza muy gigante, para que la anciana bajara por ésta. Pero sucedió algo inesperado, en una de las visitas de Rapunzel, la anciana dejó escapar el comentario de la soledad que estaba sintiendo en ese terrible encierro, y le dijo -¡quiero que mi príncipe azul me libere ya! Rapunzel de inmediato comprendió lo que su madre estaba planeando, le cortó el cabello y de inmediato la sacó por un hueco de la torre abandonándola, la anciana muy triste trató en seguir su camino. Rapunzel enfurecida, se devolvió a la torre a esperar al hombre, cuando escuchó la voz lanzó la trenza pero cuando él iba por la mitad, se asomó por la ventana y de manera irónica le dijo –mi madre ya no está aquí y lo dejó caer. El anciano cayó en medio de espinas quedando herido su cuerpo. El anciano con la esperanza de encontrar a la mujer que había conocido en la torre, empezó a recorrer el bosque, la mujer había perdido todas sus esperanzas, escuchó de repente la voz de aquel que un día le prometió convertirla en su esposa, se dirigió rápidamente en busca de su amado encontrando muy herido, que con sus lágrimas le curó todas heridas. Se casaron y fueron felices por siempre.

1 comentario:

  1. Lo que más me gusta de este cuento es que nosotros las de cierta edad todavia tenemos una oportundiad

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